Los balances no son solamente para las empresas: ¿cómo hacer el tuyo?

Fecha: 28 de diciembre, 2022
Las empresas necesitan llevar una contabilidad minuciosa para saber cuánto dinero les ingresa, versus cuánto y en qué gastan. Solamente así pueden saber si arrojan resultado positivo o negativo. Esto lo hacen al menos una vez al año, y muchas tienen como “fecha de cierre de ejercicio” el 31 de diciembre de cada año.

 

Sobre el final del año, por su parte, las personas suelen hacer también un “balance”. Pero en este caso suelen tomar preponderancia factores que no se pueden medir en números. Por ejemplo: el estado de ánimo, la salud, las relaciones afectivas, la situación laboral, etcétera. Esto lo solemos hacer casi intuitivamente, sin mucho orden y sin un plan preestablecido. Vendría muy bien adoptar la costumbre de agregarle aspectos patrimoniales a ese balance personal de fin de año.

“Indudablemente, todas las personas se beneficiarían al hacer un balance de fin de año que contemple aspectos patrimoniales y financieros”, señala Juan Cruz Acosta Güemes, director de SFI Servicios Fiduciarios y especialista en planificación y protección patrimonial.

Así como las empresas toman una “foto” de sus activos y pasivos a fin de año, las personas tendríamos que hacer lo mismo. “Es muy importante hacer esa suerte de mapa patrimonial, preguntándonos: ¿De qué soy dueño? ¿Cuánto vale eso? ¿Debo dinero? ¿A quién?”, ejemplifica el experto.

Para que nuestro patrimonio sea positivo, el valor de lo que poseemos debe ser mayor a la suma de nuestras deudas. Las deudas financieras (especialmente las de tarjeta de crédito) pueden hacer trizas nuestro patrimonio si no las tenemos bajo control. “A la hora de tener un patrimonio sano, es esencial estar lo más libre posible de deudas. Pagar intereses innecesarios es una forma evitable de perder dinero”, explica Acosta Güemes. Si tenemos distintas deudas, en general conviene liberarnos primero de la que tenga intereses más altos.

Según un reciente informe de la Reserva Federal de Nueva York (EE.UU.), los hogares estadounidenses tuvieron un fuerte incremento en sus deudas. Esto fue motivado por el mayor uso de tarjetas de crédito y por mayores saldos hipotecarios. El informe señala un salto interanual de 15% en las deudas de tarjeta de crédito (algo que no sucedía hace 20 años).

Esto no quiere decir automáticamente que no debemos usar las tarjetas de crédito. De hecho, en algunos países de Latinoamérica se obtienen descuentos y cuotas sin interés que benefician a las personas que manejan su dinero con responsabilidad. “La clave está en pagar siempre el saldo completo al fin de cada ciclo mensual”, revela el director de SFI Servicios Fiduciarios. “Y no es lo mismo endeudarse para tomarnos unas vacaciones que para comprar herramientas de trabajo”, agrega.

La OCDE -Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico-, presentó en 2021 un completo informe para la región de América Latina y el Caribe, denominado “¿Cómo va la vida?”. Al explicar la metodología del mismo, señala que en la dimensión “ingreso y patrimonio/consumo” de las denominadas “condiciones materiales” se consideran factores como “ingreso familiar”, “patrimonio del hogar”, “dificultad para llegar a fin de mes”, “inseguridad financiera”. Asimismo, para la dimensión “recursos para el bienestar futuro”, se cita en el “capital económico” factores como “endeudamiento del hogar”.

En suma, un balance personal realista debe contemplar esos elementos para permitirle a la persona medir su situación actual y sus perspectivas a futuro.

La mayoría de las personas generan sus ingresos trabajando, o por beneficios como las jubilaciones y pensiones. Otras viven de sus ahorros o de la renta que les generan sus activos. Por eso es importante evaluar a fin de año qué puede suceder con esos ingresos el año siguiente. “Debemos siempre preguntarnos: ¿Me pagan lo suficiente en mi empleo? ¿Qué pasaría si me quedara sin trabajo? ¿Podría afrontar los gastos si surgiera alguna emergencia familiar o de salud?”, sugiere el especialista consultado.

Puede verse entonces que (en este tema), las personas nos beneficiaríamos de hacer como las empresas y efectuar un balance de fin de año que incluya aspectos patrimoniales.

“¿Qué puntos patrimoniales debo contemplar en ése balance personal de fin de año? Cuánto tengo, cuánto debo, cuánto gano, cuánto y en qué gasto. ¿Tengo un fondo de reserva para emergencias? ¿Cómo podría ganar más? ¿Cómo podría gastar menos? Esas respuestas nos dan un panorama. Y si queremos que ese panorama mejore, tenemos que hacer un plan de acción concreto para empezar inmediatamente a cambiarlo. No va a ser algo instantáneo, pero el primer paso hay que darlo y depende de nosotros”, concluye Acosta Güemes.

Fuente: ADN Empresario

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