Es un mecanismo ideal para preservar el patrimonio familiar de cualquier persona cuya actividad la exponga a riesgos comerciales, profesionales o laborales.
Para que las personas cuenten con personal idóneo y de confianza para administrar sus temas confidenciales.
Hay ciertos temas y operaciones que no podemos delegar a cualquiera. Aunque sean personas de confianza, este atributo ya no es suficiente ante el mundo cambiante en el que vivimos en donde los conocimientos financieros, impositivos, legales y cambiarios son imperiosos a fin de evitar contingencias.