Hace pocos días, el prestigioso diario argentino La Nación publicó una nota con el ex tenista local Guillermo Pérez Roldán. El artículo tuvo gran repercusión tanto en medios argentinos como internacionales. Pérez Roldán relató diversas situaciones de maltrato físico y emocional por parte de su padre (y también entrenador). También hubo un grave daño patrimonial.
Su padre siempre había dicho que él se ocuparía de las finanzas y que el tenista solamente debía preocuparse por jugar. Pero años después, aprovechando la co-titularidad conjunta en la cuenta en la que se acumulaban sus ganancias de tenista, su padre la habría vaciado. Pérez Roldán ignora adónde fue ese dinero.
Descubierto el desfalco, intentó recomponer la situación con su padre, incluso ofreciéndole que se quedara con un 50% de lo sustraído (porcentaje muy superior al que se le reconoce a cualquier entrenador). No hubo caso: nunca más vio el dinero que había ganado con tanto sacrificio.
Como asesores patrimoniales, nos permitimos extraer algunas lecciones de este caso:
1) La costumbre tan arraigada en Latinoamérica de tener varios co-titulares en la cuenta en donde se conserva dinero propio, es peligrosa. Siempre es “por las dudas”, “en confianza”, “por si me pasa algo”, etcétera. No se toma conciencia del gran peligro patrimonial. No queremos decir que es frecuente que un padre sustraiga dinero de su propio hijo, pero hay otras formas de daño. Por ejemplo, si alguno de los co-titulares “de confianza” termina siendo embargado, o se divorcia, o fallece (por citar ejemplos de todos los días y que no requieren una maniobra delictiva contra nosotros). No debe ser (co) titular quien no sea dueño real.
2) El confundir parentesco o amistad con “confianza” e “idoneidad”, otra característica latinoamericana. Es muy probable que mi pariente o amigo sea de mi entera confianza en el sentido de “transparencia”. Pero eso no quiere decir que no pueda tener un juicio en contra, o que no se divorcie, ni mucho menos que sea inmortal. En ese sentido decimos que no es una situación “confiable”, por más honestidad del tercero. Ese parentesco o amistad tampoco son garantía de idoneidad. Usamos ese término para referirnos al conocimiento, objetividad y experiencia para administrar un patrimonio.
No hace falta exponerse a ninguno de estos peligros. Hay excelentes herramientas y soluciones para el “si me pasa algo” o para que alguien administre mi patrimonio con confianza e idoneidad. Es importante asesorarse adecuadamente para entender si uno hace bien o no, en mantener una cuenta en co-titularidad. Hay herramientas al alcance de la mano como el fideicomiso, el gerenciamiento patrimonial y otros elementos de planificación para nuestros activos.
Los padres y madres de familia y aún personas jóvenes como el del caso que relatamos, tienen el deber de informarse y conocer estas opciones, de modo de poder elegir las que más se ajusten a su situación presente y futura. La explicación debe ser clara y sencilla de entender, y se debe incluir a los asesores de confianza.
Estamos a tu disposición para ayudarte.
Juan Cruz Acosta Güemes
Socio SFI Servicios Fiduciarios